miércoles, 27 de junio de 2012

Sobre Berlín se alzan los genitales de la guerra fría [Parte 2]


               En 1937, Adolf Hitler mandó construir a su arquitecto jefe Albert Saar un edificio indestructible que diera cabida a la escuela militar definitiva. Saar cumplió con tal efectividad su cometido que cuando los aliados tomaron Berlín, se supieron incapaces de derruir aquel edificio. Así, para borrar tal magna obra nazi, la sepultaron bajo los escombros de la ciudad; y construyeron una montaña artificial, que recibió el nombre de Teufelsberg:

[instalaciones de escuchas durante la Guerra Fría en Teufelsberg]

En 1957, brotó sobre aquella montaña, ubicada en el sector británico del Berlín Occidental, un centro de escuchas, destinado a la vigilancia del Berlín Oriental.
X.O.V, llegado a la capital alemana hace 10 meses, quiso investigar la hipótesis planteada por el estudioso Federico Torres Mugías, según la cuál la guerra fría consistió en un organismo vivo, autónomo [ver anterior entrada del blog]. Pronto, X.O.V centró su investigación en el análisis de las instalaciones abandonadas que aún se alzan sobre Teufelsberg.
Las conclusiones han resultado del todo satisfactorias; según X.O.V allí no se erigen unos edificios en ruinas, sino que aquello constituye el fragmento de un cadáver en putrefacción.
Los materiales constituyentes de los edificios analizados así lo atestiguan: además de cemento y acero, ha podido aislar grandes trazos de plumaje no aviar, las cúpulas están tejidas mediante un derivado de la dermis mamífera, algunas superficies de apariencia metálica son en realidad redes de peptidoglicanos similares a las paredes de las bacterias gram +. Las fotografías pueden dar idea del hallazgo:

[vista del edificio central/glande]
[advertencia orgáncia]
[peptidoglicanos grafiteados]
[autoconciencia]
[cúpula/glande de plumaje y dermis grafiteada]
[detalle del plumaje no aviar]
[tela dérmica grafiteada]

X.O.V además, ha realizado estudios cacofónicos, que dan testimonio de la capacidad memorística y hablante del lugar. Como si aquel organismo, en su lecho de muerte, repitiera caóticamente todas aquellas palabras que alguna vez captó más allá del Muro:




Por último, en una intuición final, mediante un sofisticado mecanismo de cuerdas y poleas, X.O.V estimuló durante semanas la superficie del edificio central alzado sobre Teufelsberg. El esfuerzo se vio recompensado.
“El cadáver de la guerra fría se pudre sobre la faz del hemisferio norte; sobre esta montaña berlinesa, echando raíces en los mismísimos cimientos sepultados del nacionalsocialismo, se desarrollaron los genitales de aquel organismo mundial; y aún hoy se alzan erectos, dispuestos a sembrar de nuevo occidente con otras instituciones orgánicas, vivientes, que harán uso de los humanos para perpetuarse, y a las que deberíamos dar muerte. ¿Es un ser vivo el Capitalismo? ¿Y la Bolsa? ¿Y el sistema Bancario? ¿Y la Unión Europea? Mi respuesta es sí. Y creo que en Teufelsberg se halla la polla que los ha fecundado a todos. El padre de todos ellos. Espero que pronto, David Lynch lo cape”, este fue el texto que X.O.V adjuntaba en el correo con el que nos hizo llegar el siguiente impresionante vídeo:  

 

3 comentarios:

  1. La verdad es que la forma de las instalaciones originales ya lo decía todo.
    No cabe duda que existen organismos vivos capaces de sobrevivir a toda guerra o política que se le ponga por delante. Algo así como las cucarachas. De hecho podríamos considerar estos genitales de la Guerra Fría como los genitales de las cucarachas. Blancos en este caso por un proceso de simpatía con Michael Jackson que merecería ser estudiado más a fondo.
    Este Colectivo debería disponer de un programa divulgativo en la televisión nacional para poder hacer llegar sus enseñanzas, advertencias y descubrimientos a un mayor número de españoles, engrandeciendo con ello aún más ésta, nuestra patria, grande y soberana nación.
    Esperemos poder encontrar pronto también los genitales de España, que como corresponde a este invencible pueblo han de ser grandes y poderosos y no verse afectados ni por crisis, ni por prima de riesgo alguna.
    ¡Amén!

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