Jonathan Pierce, cantante de la banda, citó como de manera casual a The Wake, un desconocido conjunto de los 80, en un par de entrevistas; esa misteriosa banda siempre ocupaba el primer puesto en el decálogo de sus influencias declaradas, mientras los críticos citaban a los Smiths o a los Beach Boys; por último, los Drums incluyeron a The Wake entre sus amigos destacados en myspace.
Aún puede consultarse el perfil de The Wake en dicho portal musical, donde se exponen una media docena de canciones. Sencillos pero brillantes temas postpunk. Algunos blogs, recientemente creados, dejaban enlaces donde descargar sus tres discos; todos rondan esa sonoridad oscura, atmosférica, de los primeros The Cure o los últimos Joy Division. Incluso, la pretendida banda inglesa de principios de los 80, dispone de una entrada en wikipedia, donde se relata su breve carrera, y se asevera que uno de sus miembros fue Bobby Gillespie [batería de los Jesus and Mary Chain y posterior líder de los Primal Scream]. Un manojo de fotos rondando internet, de tres muchachos y una chica, mayormente en blanco y negro, con un corte de pelo elegante y atemporal, hicieron el resto.
El artefacto funcionó con una precisión biológica. Cientos de seguidores de los Drums empezaron a descargar los discos de aquella banda pretérita, desapercibida hasta ahora. Algunos firmes detractores de los hipsters de Williamsburg se sumaron a la admiración por los oscuros temas de los Wake. Aparecieron viejos críticos musicales veteranos [uno de ellos, un crítico mod, español, célebre y reverenciado] señalando que aquello sí que era música, y no los Drums, los Horrors, los Comando Suzie, o los Pains of Being Pure at Heart actuales; más de uno, incluso, aseguró haber asistido a los primeros conciertos de los Wake, por allá 1981, rememorando su potente puesta en escena.
Finalmente, en el número del pasado septiembre de la revista musical NME se descubrió la farsa. Uno de sus reporteros [intrigado por una de las fotos del grupo, donde su bajista vestía unos pantalones pitillo remangados por encima de los tobillos, estilismo que consideró una anacronía] inició una investigación que después comparó con la del Watergate. Pronto comprobó que no había rastro del grupo en los archivos, que era imposible hallar uno sólo de sus vinilos: The Wake jamás había existido. Los Drums negaron cualquier vinculación con la fábula de los Wake. Pero no son pocos los críticos que dicen reconocer en las letras, las melodías y la producción de esa ficticia banda la mano de Jonathan Pierce y Jacob Graham; los cuales habrían orquestado toda esta falsificación, creando esos tres discos imaginarios, con motivos que hasta ahora no fueron desvelados. Puede que éstos tengan que ver con el estribillo de la canción “The old men”:
“Old men are old men
‘cause they just look at past”
Lo que internet nos ofrece (o al menos nos facilita):
ResponderEliminarQué grande la opción, aunque sólo sea una posibilidad, de poder lanzar un álbum, o un grupo (¡o lo que sea!), de forma retroactiva. Brindemos: pasado-presente-futuro convergiendo en un "aquí" que ya nadie nos expropia; el tiempo ha muerto.
PS: dejo enlace (menudas confianzas que se toma uno) a la descarga del segundo álbum de The Wake (1985) http://thepiratebay.org/torrent/4878411/The_Wake_-_Here_Comes_Everybody___Singles
"El tiempo ha muerto". Me encanta!
ResponderEliminarYo como no estoy al día de música ni na, al leer esta entrada me asaltó la duda de si todo este artículo no es una invención metaliteraria orquestada por el señor de Madre... no me extrañaría nada.
ResponderEliminarYaaa... i por eso existe un libro escrito el 1997 ( Indie Hits 1980 - 1999, Lazell, Barry) que habla de The Wake. Por aquel entonces no existía The Drums, ¿entonces que?
ResponderEliminarSimplemente es una información equivocada. No digo nada más.