lunes, 14 de marzo de 2011

Superhéroes y Mitos [Una brevísima apología del plagio]


Es fácil advertir, y así se ha hecho en múltiples ocasiones, la íntima relación que existe entre los superhéroes de los cómics y la mitología greco-romana. Algunos arquetipos son recreados de manera más o menos subliminal, como es el caso de Superman: un niño enviado desde los cielos, con una nave cuál cesto río abajo, acogido por un matrimonio que desconoce su origen y grandeza; un niño que crecerá para pronto descubrirse capacidades sobrehumanas, lo que le conllevará cargar con el destino de los humanos: como Atlas sosteniendo la Tierra. Otros personajes de cómics han adoptado, directamente, figuras mitológicas: la Wonderwoman es una amazona desterrada, Thor el Dios del trueno, Chico Neptuno, o el Ángel propuesto por la compañía Marvel, son unos pocos ejemplos.

Pero, entendemos que existe una asociación mucho más profunda y trascendental entre superhéroes y mitos, una hermandad genética. Se halla ésta en la genealogía de ambos ciclos. Es muy probable que los personajes de los cómics deban su desbordante riqueza al hecho de que sus historias se desarrollan al margen de la figura del Autor. Esas tramas se ven salvadas del estorbo impertinente de la autoría, y bendecidas por la suerte del plagio honesto.
No es absurdo pensar que bajo el nombre de Homero se escondieran diferentes narradores, que los siglos concretaron en uno sólo; hoy, nuestro Homero serían las compañías editoriales, como Marvel o DC Cómics. Bajo la tutela de esas multinacionales, centenas de amanuenses han reescrito personajes, han reinventado génesis, han asesinado superhéroes para resucitarlos después. Bruno Díaz ha visto morir a sus padres de infinitas maneras; en aquel callejón de Gotham, el asesino ha intercambiado su rostro, sus motivos, el arma, ha sido un criminal común y también ha sido Joker. Superman ha llegado a la Tierra y ha manifestado sus capacidades en versiones contradictorias. Peter Parker o Jack Murdock han adquirido sus poderes por diferentes caminos, dependiendo de cada época en la que se han narrado sus vidas.
No existe la versión correcta; tal vez ésta sería una superposición de todas las existentes, igual que ocurre con los Mitos, idéntico que sucede con la Historia, o incluso con la Realidad.

Artículo aparecido originalmente en el número 109 de la revista "miNatura".

7 comentarios:

  1. Bienvenida de nuevo la cultura "hablada", aunque se plasme con tinta o volátiles píxeles del momento, que tanto se ha echado de menos durante tanto tiempo.

    No seré yo (creo) el que eche en falta la cultura "escrita" que está, día a día, irremediablemente, desfalleciendo.

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  2. Desconcertante comentario.
    Sólo espero que consideres este blog cultura "hablada". Porque el hablar fluye, es multidireccional, muta; lo escrito no.

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  3. Interesante intercambio de comentarios; ¿no seréis superhéroes con extraños poderes para confundir a los simples mortales?
    Por otro lado, comentar que antes era de Spiderman, me fui haciendo de Batman y ahora admiro al Joker.

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  4. Siento tener que comentar solo para remarcar lo hilarante del comentario del señor J.E. Alamo. Ha provocado en mi la típica situación de película ochentera en la que al niño(barra)adolescente se le sale la leche por la nariz al oír u observar algo realmente cómico. Lo de beber leche a las 23:34 de la noche no es un problema realmente grave...

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  5. Je,je sr. Mathé. Reír es sano o mortal.

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  6. Sano.
    Pues por aquí nunca fuimos de Spiderman. Un poco más de Batman, pero sobretodo por sus villanos. Nuestro preferido, sin dudarlo, es Superman.

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  7. "Porque el hablar fluye, es multidireccional, muta; lo escrito no."

    Tú lo has dicho.

    ¿¿Llegará el día en que los relatos "conspiranoicos", por ejemplo, sean reconocidos como alta literatura (reciban incluso premios) como lo son hoy en día lo que "cantaban" juglares y trovadores?? ¡Vuelve el mito!

    -quizás nunca se fue y lo que ocurría es que, para él, no teníamos ojos (yo, medio cojo, creo que nunca tuve superhéroe favorito)-

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