Marcel Duchamp despreciaba el arte retiniano; aquel tipo de arte que, según él, es interpretado por la retina y no por la mente. Explica, en los diálogos recogidos en “Palabras a otro”, que la galería de los Ufizi apenas le producía interés alguno, ya que el choque de las ondas de luz en su retina, provenientes de los lienzos allí expuestos, pronto le causaba un soporífero tedio.
La distinción de Duchamp entre arte retiniano y mental no deja de ser extraña; ya que es fácil alegar que el color, la línea, el trazo, el dibujo de un cuerpo o el mito de Venus no son más que meros conceptos, o sea: figuras mentales.
Un nuevo miembro del Colectivo, admirador acérrimo de Duchamp, inició hace 7 años una dolorosa investigación con la que llevar hasta las últimas consecuencias el arte mental, o no retiniano.
La primera de sus obras, resultado de dicha investigación, fue expuesta en el 2006 en el MACBA, con motivo de la exposición “ARts invisiBles”. La obra, de título “Las meninas de Picasso”, consistía en una televisión empotrada en una pared, con un gran espejo unidireccional [como el de las salas de interrogatorio] en la pared contraria. Mediante un sistema de sensores de video vigilancia, el aparato se apagaba cuando alguien lo miraba directamente. Al darle la espalda al televisor [o cuando no había nadie en la estancia], el aparato se encendía. De tal manera, que solo era posible conocer las imágenes proyectadas por la pantalla del televisor a través de la imagen reflejada en el espejo. Lo que emitía el televisor encendido era la imagen frontal de los visitantes, captada a través de una cámara ubicada al otro lado del espejo unidireccional.
Pronto admitió que aquel no era más que un laberinto inútil, y es que su obra acababa por llegar al público mediante la retina; lo cual le pareció un estrepitoso fracaso, pese a vender “Las meninas de Picasso” por 120 mil euros.
Continuó planeando instalaciones parecidas; pero consideró que construirlas no era más que una aliteración conceptual, una repetición, ya que la idea se resumía perfectamente en el texto de su libreta de notas. Durante poco más de un año, mecanografió esas ideas y sus cuerpos teóricos, y las consolidó como obra definitiva. Fue en una exposición del letrista G.J Wolman cuando entendió la evidencia de que las letras de tinta negra sobre un folio blanco también eran susceptibles de considerarse arte retiniano. Destruyó todas sus notas y suspendió la publicación de las mismas, que tenía pactada con la editorial Akal.
Ahora sigue trabajando en esa radical investigación artística, aunque calla cada uno de sus logros. Asegura, y resulta difícil desconfiar, que ha creado auténticos prodigios conceptuales; pero aprendió a disimular su euforia, también su sufrimiento, ya que éstos podrían delatar sus procesos mentales, naufragando así su cometido primero. Estudia libros esotéricos y planea hacerse con ayahuasca, en busca del aprendizaje de la telepatía.
Y ahí está mientras esto escribo, sentado en una silla de madera sin pintar, con los ojos cerrados y la boca quieta, convertido en un asceta mudo, produciéndome aún un asombro que a él le resultaría una maldita debilidad.
esta historia del retiniano me pasó en 1991 en el museo Picasso de Barcelona,me pareció algo plasta.Cuando salí del Picasso me acerqué al MACBA y tuve la suerte de ver una exposición de pequeñas esculturas y dibujos de Manolo Hugue ,me pareció súper lúdica y divertida,a pesar de que tuve que pagar por ella acabé comprando un superposter de la misma.Saludos,Astoria
ResponderEliminaral comprador de la tele si le hubieran pedido 1200 euros,no la hubiera comprado.En el Miro hay una replica de"los novios desnudando a la novia" de Duchamp,alucinante.Duchamp veraneaba en Cadaques,era muy colega de Dali.La obra de Duchamp era multidimensional,el Uffizi tiene una obra muy plana,como otros muchos museos.Bye,Beta
ResponderEliminarAstoria: a algunos miembros del Colectivo adoran la obra de Picasso; al que esto escribe no le acaba de hacer tilín. No así como la de Miró.
ResponderEliminarBeta: Precisamente este verano estuvimos en el museo de arte de philadelphia donde tienen reunido tanto de Duchamp; incluido "El gran vidrio". ¿es cierto que en el Miro tienen una replica?? tendré que volver a pasarme por ahí!!
estuve en la feria del arte de Londres y casi vomito ante tanto vacío. la palabra retiniano se queda corta. No quiero imaginar cómo hubiera reaccionado Marcel Duchamp.
ResponderEliminarBueno, José Miguel, piensa que el señor Marcel introdujo un urinario en el museo... aunque, por lo menos, así habrías tenido donde echar el vómito!
ResponderEliminarCon todo, personalmente, el arte conceptual contemporáneo sí que me parece muy interesante (hay de todo, claro); pero sé lo que quieres decir!
Según Sabato la encarnación del surrealismo fue el pintor canario Oscar Dominguez.Cayó en una espiral de drogas,alcohol y prostitutas.Cuando se suicidó manchó con su sangre el lienzo en que pintaba.Oscar,genio y figura.Hynkel
ResponderEliminarHola, Hynkel. No conocía a este OScar Dominguez; he ojeado un poco por las imágenes del google y tiene muy buena pinta! Merci por la info!
ResponderEliminarMola hablar este tipo de "arte" porque da igual lo que se haga o signifique... da igual si afecta al espíritu o no... a fin de cuentas lo que importa es el montante económico
ResponderEliminar"- lo cual le pareció un estrepitoso fracaso, pese a vender “Las meninas de Picasso” por 120 mil euros-"
Es desde mi punto de vista la muerte del arte verdadero, el dinero nos ha corrompido a todos, a unos más que a otros sin duda... y ver arte donde no lo hay ni la peor dictadura lo hubiera logrado...