jueves, 5 de enero de 2012

Castración, castración, a 2ª división

[Breve alegato deleuziano contra la epicoplastia]



          No es la perfección lo que nos mueve, tampoco el arte. Queda dicho que no nos mueve la perfección ni el arte. Nuestros flujos, nuestras multiplicidades, se desarrollan según un deseo mucho más polimórfico, mucho menos serio. Maquinamos en busca de la carcajada, de la estupefacción, del asombro, del entretenimiento; y también del llanto, pero incluso cuando maquinamos en busca de la producción del llanto, incluso entonces, lo que en el fondo nos interesa es la multiplicación de la carcajada.
Una carcajada, un deseo, que no es unívoco ni macromolecular, ni siquiera atómico, tampoco es político, ojalá no sea ético. Es una pulsión, una voluntad mutante, proteica, biomicropolítica, biomicroética, como las vibraciones de las cuerdas que agitan el cosmos. Somos una multitud, somos cientos; aunque solo escriban dos manos, son una manada de manos; aunque solo utilicen el “Paint” dos manos, son una manada de manos utilizando el “Paint”. No nos caben tantos dedos en la guitarra, ni en el piano, ni a los platos.
De los libros no nos interesa su gramática. De la música no nos interesa la afinación. De la cocina no nos interesa el sabor. Del fútbol no nos interesa la quiniela. Del cine no nos interesa el racor. De la pintura no nos interesa el trazo. Del paisaje no nos interesa la simetría. De la ciudad no nos interesa la pulcritud. Del baile no nos interesan los pasos de baile. De la droga no nos interesa el origen. Del sexo no nos interesa la castración.
En el fondo, solo necesitamos energía, con la que tocarnos, y multiplicarnos aún más; citar un nombre y sentir su cuerpo desnudo en nuestra boca. Para, finalmente, reír a carcajadas.

13 comentarios:

  1. Miles de indios se sometieron a vasectomía con el fin de ganar el " tata nano " que rifaba el señor Tata. Lo de la ablación del clítoris sí , es una castración que se debe perseguir, el objetivo es alienar y someter. Saludos, Hernando.

    ResponderEliminar
  2. Por estas ciudades que habitamos es más común la castración conceptual que la física (excepto por la circuncisión, que tiene cierto predicamento).

    Por otro lado, este texto creo que aboga más por una relación positiva con el uso del poder, que por un posicionamiento antagónico al uso del poder.
    Saludos Hernando!

    ResponderEliminar
  3. Con la edad la energía baja y encima tienes que tomar cosas que cansan, menos mal que el deseo decrece a ritmo mas lento. Saludos, Toribio

    ResponderEliminar
  4. "Una carcajada, un deseo, que no es unívoco ni macromolecular, ni siquiera atómico, tampoco es político, ojalá no sea ético. Es una pulsión, una voluntad mutante, proteica, biomicropolítica, biomicroética, como las vibraciones de las cuerdas que agitan el cosmos"... Me encanta!!!

    ResponderEliminar
  5. Que no decaiga el deseo, Toribio.

    Celebramos que te guste, Sonjacasta.

    ResponderEliminar
  6. “No puede ser que esto sea todo lo que veo “. Y entonces pensó en el alma y si eso le hacía tener condición de humano. Y creativo e inquieto, el hombre creó la pintura, la música, la palabra, el teatro, el tiempo, el espacio, la fotografía, la ética, la teología, la guerra, los packs indivisibles de tres Biofrutas Tropicales, los regalos en las cajas de cereales, las rebajas de enero, Haciendasomostodos, el Ferrari y el Gran Hermano. Arrepentido por sus actos, ahora se cuestiona si todo el camino recorrido debía de haber sido así o si hay infinidad de posibilidades para ello.

    Espléndida esplendérrima la entrada, tal y como nos tiene acostumbrados, caballero.

    ResponderEliminar
  7. De las revistas, no nos interesan sus listas.
    Yo ya no me compro la RockDeleuze.

    ResponderEliminar
  8. Gracias Xero; supongo que vemos lo que miramos.

    marcos, las únicas revistas que valen la pena son aquellas con un buen logo.

    ResponderEliminar
  9. No es la perfección por lo que nos juntamos, tampoco por el arte. Queda dicho que no nos mueve la perfección ni el arte. Nuestros flujos, nuestras multiplicidades, se desarrollan según un deseo mucho más polimórfico, mucho menos serio. Maquinamos en busca de la carcajada, de la estupefacción, del asombro, del trance; y también del llanto, pero incluso cuando maquinamos en busca de la producción del llanto, incluso entonces, lo que en el fondo nos interesa es la multiplicación de la carcajada.

    Una carcajada, un deseo, que no es unívoco ni macromolecular, ni siquiera atómico, tampoco es político, ojalá no sea ético. Es una pulsión, una voluntad mutante, proteica, biomicropolítica, biomicroética, como las vibraciones de las cuerdas que agitan el cosmos. Somos una multitud, somos cientos; aunque solo escriban dos manos, son una manada de manos; aunque solo utilicen el “Paint” dos manos, son una manada de manos utilizando el “Paint”.

    De los libros no nos interesa su gramática. De la música no nos interesa la afinación. De la cocina no nos interesa el sabor. Del fútbol no nos interesa la quiniela. De la pintura no nos interesa el trazo. Del paisaje no nos interesa la simetría. De la ciudad no nos interesa la pulcritud. Del baile no nos interesan los pasos de baile. De la droga no nos interesa el origen. Del sexo no nos interesa la castración.

    En el fondo, solo necesitamos energía, con la que tocarnos, y multiplicarnos aún más; citar un nombre y sentir su cuerpo desnudo en nuestra boca. Para, finalmente, reír a carcajadas.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Celebro que estemos tan de acuerdo, taller. Aunque prefirais el trance al entretenimiento.
      estáis por Buenos Aires, ¿no?
      si algún día nos acercamos por ahí [viaje que valoramos en un futuro no muy lejano] nos pasaremos a deciros hola y a reírnos a carcajadas.
      Un saludo!

      Eliminar
    2. El trance nos ha adormecido. Todo autogestado, de nuevo inabarcable, tranzó.

      No es la perfección por lo que nos juntamos, tampoco por el arte. Queda dicho que no nos mueve la perfección ni el arte. Nuestros flujos, nuestras multiplicidades, se desarrollan según un deseo mucho más polimórfico, mucho menos serio. Maquinamos en busca de la carcajada, de la estupefacción, del asombro, del trance; y también del llanto, pero incluso cuando maquinamos en busca de la producción del llanto, incluso entonces, lo que en el fondo nos interesa es la multiplicación de la carcajada. Somos una multitud, somos cientos; aunque solo escriban dos manos, son una manada de manos.

      De los libros no nos interesa su gramática. De la música no nos interesa la afinación. De la cocina no nos interesa el sabor. De la pintura no nos interesa el trazo. Del paisaje no nos interesa la simetría. De la ciudad no nos interesa la pulcritud. Del baile no nos interesan los pasos de baile. Del sexo no nos interesa la castración.

      En el fondo, solo necesitamos energía, con la que tocarnos, y multiplicarnos aún más; citar un nombre y sentir su cuerpo desnudo en nuestra boca. Para, finalmente, reír a carcajadas.

      Si algún día nos encontramos nos deconstruiremos las costillas ante quiénes creamos que somos. La situación política que nos territorializa nos tiene despreocupadxs, pero sí, acertaron. Eso sí, no logramos ubicarles geograficamente.

      Estas palabras al final se mudaron a nosjuntamos.wordpress.com.

      Un bello saludo!

      Eliminar
  10. Estamos con vosotros en este alegato: apología de la experiencia frente al relato.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bienvenidas Ácido Girls!
      Nos gusta vuestro pareado; y también que hagáis vuestro este breve alegato; y que lo uséis a vuestro antojo; y lo publiquéis o lo recitéis como propio!!!

      Eliminar