martes, 14 de febrero de 2012

¿Hasta siempre, Brainf*ck?

[Brainf*ck junto a un gogó, con una bicapa lípidica celular proyectada a sus espaldas. Fotografía cortesía de "El Arte de Mi Madre"]

“la dualidad onda-materia es una cosa muy seria”
Brainf*ck (2011)


“El punk debe estar dispuesto a rechazarse a sí mismo a medida que se consolida, ha de estar abierto al cambio y renunciar a los beneficios”
Isabelle Anscombe (1978)


         El pasado 11 de Febrero [del 2012] se realizó, en la sala barcelonesa Begood, la presentación del disco “PDP-1” de los punk Brainf*ck.
Según llegaba el público, en taquilla se les adjuntaba con la entrada un artículo publicado originalmente en la revista científica “Arts and science”. El título del artículo era: “La calidad de los conjuntos musicales: influencia de su continuidad y de la edad de sus líderes”. Dicho trabajo partía de la siguiente hipótesis: cuanto más tiempo transcurriera desde la formación de la banda, más baja sería la calidad de sus canciones. Los resultados de dicha investigación, resumidos en dos diáfanas gráficas, puso en alerta al público:

La conclusión final del artículo era demoledora: “Estos resultados nos llevan a recomendar que se replantee la existencia de los conjuntos musicales cuando las variables estudiadas se presenten”.
Un rumor se extendió entonces en la sala: repentinamente se temió que no estuviéramos apunto de asistir a un concierto de presentación de disco, sino que aquel fuera una suerte de despedida de la banda [“un concierto póstumo” llegó a calificarlo un anónimo fatalista del público]. Los Brainf*ck, despues de unos pocos años de esporádicos conciertos, una maqueta y el reciente Lp, habían dado a conocer su férrea radicalidad científica: ¿cómo iban ellos a ignorar las recomendaciones de un artículo publicado en el “Arts and sciencie”?
Así, tras unos notables teloneros llamados Pisando güevos [liderados por un carismático trasunto del Vaquilla], un interludio protagonizado primero por las rimas del rapero Dinger King, y después por un espontáneo gogó que se contoneó arrítmicamente con la canción de los Capitán sonando por los altavoces de la sala; por fin, subieron al escenario los 3 componentes de Brainf*ck [Miguel, Jordi y Joan] con su habitual atuendo: pantalones pitillo, desgarbo, gafas, batas de laboratorio y pajarita roja. En el aire levitaba un ansia entre el bautizo y la mortaja. Los 3 músicos, racionales y fríos como una mesa de disección o una máquina de escribir, empezaron a rugir como si fuera la primera [o la última] vez. De nuevo produjeron espasmos, rabia y gritos entre el público, cantando odas punk en honor al matemático Gödel o al físico Heisenberg; canciones de amor a la calculadora científica y al acelerador de hadrones; o temas protesta contra la homeopatía. La gente subía al escenario para luego saltar y nadar sobre el público, tal vez para comprobar las obsoletas leyes de newton. En una pantalla, a las espaldas de los 3 científicos punk, se proyectaba un documental donde Carl Sagan explicaba el origen de las células terrestres. Los puños se alzaban para corear: “radiaciones sí, radiaciones sí”.


Al terminar, tras una última canción dedicada al primer computador producido en serie [el PDP-1], se despidieron con la única concesión al romanticismo de toda la noche: el cantante se acercó al micrófono y murmuró: “Hasta siempre”.
Sea ahora, o siglos después, inevitablemente, a la primera célula terrestre le descenderá una última.

4 comentarios:

  1. Lástima que no actúen aquí en Madrid...Debió ser la caña.
    Saludos.

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  2. Sí, Sonjacasta, en esto casos da rabia la distancia geográfica. A ver cuando inventan un teletransportador gratuito... Estuvo muy bien.
    un saludo!

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  3. Está claro: hay que vivir la última célula punk como si fuera la última. Básicamente porque esa última célula será, "sea ahora o siglos más tarde".

    ...
    ... ... ...

    Al mismo tiempo, ayer, en el metro, en la línea roja, la uno, siempre la uno, me senté al lado de un hombre que me leyó, la carta astral sin preguntarle yo y sin preguntarme él, tampoco, la fecha, año u hora de mi nacimiento. Que buen gusto.

    Era la carta astral de otro; y por un sistema de "derivadas", literalmente, decía obtener la información sobre lo que le acontecería a los que estaban a su lado en ese momento. Lo curioso fue que, al decirme lo que me pasaría, su relato hizo un preciso resumen, escueto, de lo que precisamente me ha ido pasando en los 2-3 últimos meses.

    Lo que, al fin y al cabo, me hace tener serias dudas al respecto (al respecto de lo que a la primera célula le acabará descendiendo un última, inevitablemente).

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  4. Guau, poliket, mola lo que cuentas.
    Pero espero que no lean tu comentario ninguno de los brainf*ck, que son de un positivismo decimonómico de aupa... yo, en cambio, mucho más neopragmatista del finales del XX, asumo como tú que las cartas astrales "derivadas" son posibles, y la telepatía, y la sanación por imposición de las manos, y que no queda nada claro eso de que ha de llegar una última célula, inevitablemente.

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