martes, 29 de mayo de 2012

El limpiabotas del gasolinero


Escena 1:
M. [el gasolinero que se hace la pedicura, protagonista de la anterior entrada del blog] dedica su día libre a pasear por las Ramblas de Barcelona; siempre calza sus botas del trabajo, aunque viste con traje de domingo [así sea lunes o jueves, ya que nunca libra en fin de semana]. Le gusta comprar una flor, que luego cuida en un jarrón sobre la tele. Aplaude que hayan prohibido la venta de animales en la Rambla, y es que no era de su gusto verlos allí enjaulados. Al terminar el paseo, se acerca a la fuente de Canaletas, donde se sienta para que C. le limpie las botas. C. no tiene piernas, se desplaza montando su cuerpo en un patinete de fabricación casera; una de las 4 ruedas del patinete se encalla con frecuencia, con lo que suele avanzar dando una vuelta sobre sí mismo cada 3 metros. C. lleva limpiando zapatos en la Rambla unas cuantas décadas, su cliente más fiel es M.
El gasolinero espera a que C. esté libre para que le limpie las botas, jamás deja que lo haga otro. Durante el acto de limpieza M. siente una ligera excitación; no es un ardor tan potente como cuando pone gasolina a un coche ocupado por alguna mujer, pero tal vez le resulta, de alguna manera, un ardor más satisfactorio. ¿A qué se debe dicha excitación? No lo sabe. No logra discriminar si está motivada por el secreto que guarda tan cerca de las manos del limpiador: sus uñas pintadas según la pedicura francesa; o si, en cambio, lo que le satisface íntimamente es contemplar a un hombre sin piernas dándole lustre a sus prodigiosas botas de cuero.

Escena 2:

[El convidat, 1986-1990. Joan Brossa]


2 comentarios:

  1. Me está encantando la serie del gasolinero, con sus escenas dobles, con sus espejos. De hecho ya tardamos en montar un club de fans, y yo prometo pintarme las uñas de los dedos (¡pocas ganas que tengo!).

    En serio. Pocas veces me entra tal fascinación y ganas de seguir leyendo entradas que sigan la línea de un post precedente en un blog.

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias por tus palabras, poliket.
    Acerca del club de fans: nos apuntamos.
    Sobre todo por lo de pintarse las uñas, claro.

    ResponderEliminar