viernes, 4 de marzo de 2011

Fe


           
         No hubo razones científicas que pudieran explicar el hecho; y los médicos se han escudado en los dilemas morales para no afrontar la insensatez del fenómeno.
María S. parió a su hija, Claudia, el 12 de Enero de 2011, tras 47 semanas de un embarazo ordinario. La recién nacida pesó 3 kilos 357 gramos y midió 48 centímetros. Debido al uso de los fórceps el cráneo de Claudia se asemejó, los primeros días, a un monumento de la Isla de Pascua. Ninguna otra particularidad.
Hasta la segunda semana de vida. En una revisión cotidiana, la pediatra detectó un bulto en el vientre de Claudia. Las ecografías, se realizaron hasta una veintena, contradijeron una y otra vez la incredulidad de los médicos: la recién nacida estaba embarazada de catorce días.
Nadie ha logrado explicar las causas o el método de fecundación. María S. y Marcos G., madre y padre de Claudia, son dos estrictos practicantes del catolicismo, así que han descartado el aborto. La niña sobrevive tras 49 días de vida y de embarazo. Es más que probable, sostienen los médicos, que proseguir con la gestación comporte el fallecimiento de Claudia y de su embrión. Con todo, Maria y Marcos optan por rezar a favor del bienestar de su hija y de su nieta; con la esperanza de que se cumpla un segundo milagro: que el pequeño cuerpo de Claudia sea capaz de sobrevivir al alumbramiento de una inesperada nueva vida.

4 comentarios:

  1. Alejandro Mathé4 de marzo de 2011, 7:56

    ¡Genial! Maravillosamente terrorífico. Me he quedado sin palabras.

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  2. Tío, eres perverso... Me gustassss

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  3. Hola Juan de Madre... fantástico... original... creo que podría encabezar los creditos de una peli de sitges...
    un abrazo con V.

    Vloj.

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  4. Gracias a los tres.
    Vloj, bienvenido. Lo que le faltaba al festival de sitges! Un avrazo.

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