martes, 10 de abril de 2012

Juan de Madre tampoco existe



      Durante un tiempo, Dani se hizo llamar Juan. Ahora piensa que pronto matará públicamente a Juan, y ya solo quedará la colectividad; ni él ni Juan, solo el colectivo. Hace un tiempo ya se ocupó de matar a Ruth, de manera pública pero velada.
Dani es un hombre delgado, con una barba que le alcanza el pecho; pasó 2 años ingresado en un psiquiátrico. Cuando tuvo el alta médica, se fue a vivir a Barcelona. Explicaba, a la gente nueva que iba conociendo, que había trabajado como auxiliar en un psiquiátrico, así justificaba sus continuas referencias al manicomio. 

Era un martes por la tarde, sentado en una terraza de la calle Blai, cuando pensó en aquello de que todo era colectividad. Hace de esto unos 2 años, fue justo tras salir del psiquiátrico. En realidad también fueron 2 los pensamientos trascendentes esa tarde:
Primer pensamiento trascendente: consideró que no existían los otros. Se dijo que tal vez debía deshacerse del pseudónimo, que era tan individual como un nombre bautismal, y dar paso a una colectividad donde cabría la vida de todos [de Diego, de Laipa, de Xavi, de Silvia, de Majo, de Sergio, de Esther, de Dani y etcétera]; iniciando así una peligrosa doble hélice de ficciones.
Segundo pensamiento trascendente: se preguntó acerca de la existencia del afuera. Las afueras arquitectónicas, físicas y mentales [sobre esta cuestión escribiría un extenso post, en su blog colectivo, la primera semana de mayo del 2012].


No resulta baladí, como instigador de tales pensamientos, que aquella mañana hubiera leído precisamente el texto “Rizoma”, de Deleuze y Guattari [publicado por “Pre-textos” de manera independiente al libro “Mil mesetas”, donde “Rizoma” sirve de introducción]. Así, sentado en la terraza del bar de la calle Blai, tenía muy presentes frases como:
“El Anti-Edipo lo escribimos a dúo. Como cada uno de nosotros era varios, en total ya éramos muchos”.
ó
“Un libro no tiene objeto ni sujeto, está hecho de materias diversamente formadas, de fechas y velocidades muy diferentes. Cuando se atribuye el libro a un sujeto, se está descuidando ese trabajo de las materias, y la exterioridad de sus relaciones. Se está fabricando un buen Dios para movimientos geológicos”.
ó
“Un libro es una multiplicidad. Pero todavía no sabemos muy bien qué significa lo múltiple cuando cesa de ser atribuido, es decir, cuando es elevado al estado de sustantivo”.

Tampoco es trivial que, cuando se terminó la cerveza, caminase dejando atrás aquel bar de la calle Blai [sin dejar atrás tales razonamientos] y fuese a ver la exposición que durante aquellos meses habitaba el Caixaforum. En el museo se quedó parado frente a uno de los muros, donde habían instalado la obra titulada “Álbum”, de la fotógrafa Gillian Wearing [ver retratos que ilustran este texto y el enlace adjunto].
Dani supo entonces que sus pensamientos eran certeros.


10 comentarios:

  1. "No resulta baladí" que hayas matado a Juan,
    o que Juan se haya matado,
    o que sea yo mientras leo quien está matando a Juan...
    Son todas ellas muertes sobradamente justificadas.

    Se te agradece.
    Mucho.
    Cristo redentor, cabeza de ángulo, luz del mundo.

    ResponderEliminar
  2. Hola Pepa Luna, que bueno verte por aquí.
    Eso por un lado, por el otro, confieso que los 2 comentarios a los 2 últimos posts que nos dejas, no acabo de comprender si son un aplauso o un abucheo oculto... lo cuál está muy bien también, no te creas.
    Esperamos, por cierto, leerte tarde o temprano.

    ResponderEliminar
  3. Puede que mi tendencia a la hipérbole me vuelva más críptica de lo que jamás quise ser... De ahí que mi aplauso sincero acabe pareciendo un abucheo...
    Pero no, me gusta de veras lo que leo..., y estoy deseando que Noemí abandone la casa...
    Espero que puedas leerme antes que llegue el verano al Corte Inglés...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Aliviados nos dejas pues, si son aplausos. Bueno, ya lo intuíamos, pero somos tan humildes!! (ejem) Es que me extrañó que alguien compartiera la belleza de la hipotética salida de Noemí... igual somos más de los que nos pensamos [pero, al parecer, las Noemistas nos superan].

      A ver si es verdad eso de adelantarse al verano del Corte!

      Saludo!

      Eliminar
  4. Buenas! No sé si oriento la vista en la dirección adecuada o, como siempre, miro hacia mi adentro (a saber si existe también éste). Para mi el tema clave es el nombrar, y no tanto el nombre propio. Las palabras están vacías y al final es cada uno el que la llena. Colectividad ya nombrada y ya veremos si no se le adhiere una individualidad o autoría al margen de todo y un posible significado primero. Como con el pseudónimo...

    [por eso yo aposté, en su momento, por las preposiciones, que no nombran propiamente, sino que meten en relación; porque creo que es ahí donde reside el movimiento, que, es donde reside la esencia, que es ...]

    En cualquier caso, celebro el suicidio anunciado, o asesinato cometido, y el movimiento. Bienvenida la colectividad no nombrada (o nombrada sóla). Al mismo tiempo que me apasiono con el devenir actual de las cosas que, parece, invertido, que es al nombrarlas que dejan de existir. ¡Se está consiguiendo! :-)

    PS: lo único que me he leído de Deleuze, Mil Mesetas, fue un vídeo de youtube que me hizo salir correindo a comprar los dos tomos que todavía esperan su momento. "Rostridad -Año Cero". Vídeo que quizás pudiera tener que ver, rizomático él, con las fotografías que cuelgas. Al buscarlo en internet de nuevo, para ofrecerlo, y también, creo, viniendo a cuento, me he encontrado un mensaje sobre la autoría y los derechos que eso da para que otras personas decidan que eso no puede estar disponible para el resto. Dejo el enlace: http://www.youtube.com/watch?v=zLuZrLHTcTE

    ResponderEliminar
  5. Encontré una plataforma diferente a youtube donde los derechos de autor, aparentemente, no han llegado todavía para arrasarlo todo. Dejo el enlace al vídeo al que hacía mención: http://vimeo.com/34226358

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Como siempre, poliket, tus palabras abren 11 caminos y no cierran ninguno. Perfecto.
      No sé si estoy de acuerdo con eso de que las palabras (o el nombre propio) están vacías; entiendo que arrastran un significado, un valor. A no ser que creemos una: acapatula, por ejemplo.

      Me interesa mucho más, eso sí, lo que citas del uso de preposiciones en lugar de sustantivos. Me gustaría que me lo desarrollaras más... Aquí o en persona (no es una amenaza, o sí).

      Nos miramos el vídeo.

      Eliminar
    2. Jejeje... estirándome de la lengua, amenaza mediante, para que cierre algún camino (¡cuando no sé hacerlo!). Y es que, básicamente, o me aferro a las preposiciones o me quedo colgado en la nada.

      La intuición a la que hacía referencia, sobre nombres (que no son más que adjetivos) y preposiciones, se me vino encima después de este post (http://annelidasblog.wordpress.com/2010/08/16/%C2%BFque-somos/) que, curiosamente (y según lo que leo en los comments), coincidió con el anuncio de un gran advenimiento.

      Sobre la nada:

      Y no, no estoy de acuerdo con lo que dices. No creo que tú (seas lo que seas) te hayas desprendido de todo tu bagaje para escribir "acapatula"; ni yo de todo el mío para leerla. Las diferencias entre ese (acapatula) y cualquier otro nombre que hayamos escrito en estos comentarios, yo creo, son ilusorias. La naturaleza de las resonancias que produce ese nombre es la misma naturaleza que el resto de resonancias que dan sentido al resto. El eco es eco y no hay ni graduación ni umbral a partir del que deja de serlo.

      Como acapatulas: balbuceos de bebés, polisemias, variedades locales, vocablos de grupo, lecturas en idiomas que no dominas, tantas y tantas poesías, y errores que se acaban fijando en el vocabulario de dos interlocutores cualquiera. Todos ellos son pruebas de que los nombres, que designan por pura arbitrariedad (sí -basta con señalar una cosa un par de veces y emitir al mismo tiempo un sonido; resonancias siempre-), están vacíos.

      De otra manera, es lo que hemos dicho en otras ocasiones al afirmar que qué más da Berlín o París si lo que importa y hace la diferencia, significados para cada uno, es el con quién y esas cosas (las relaciones -y no sólo personales, por supuesto-).

      A ver si me explico...

      Pensando en lo absoluto, y no en el ejemplo, desde mi punto de vista todo se define, todo, por las relaciones con el resto (todo movimiento, frágiles juegos de equilibrios). Y esas relaciones con el resto las hacemos sólo patentes CON (o subyacen siempre EN) las Preposiciones. Con, contra, de, desde, junto a...

      ¿De qué vais a hablar si no en el próximo post cuando habléis del "afuera"? Ya tengo ganas de hablar menos y seguir leyéndoos ;-)

      ... entre otras cosas porque todas las palabras y todos (colectivo incluido) somos acapatulas. Paredes blancas, creo.

      Eliminar
  6. No entiendo nada pero mi incapacidad me divierte.

    ResponderEliminar
  7. Bueno, Joe, quizá divertirse con un texto es la forma máxima de comprenderlo.
    Abrazo!

    ResponderEliminar